Video Dr. Peter Lembke
Hola, hoy me gustaría hablar sobre el EPA (ácido graso Omega-3) e inflamación.
Todo el mundo está hablando sobre el Coronavirus, finalmente, este virus no deja de ser una inflamación muy fuerte de los pulmones. Si miramos a los pulmones y a las células pues vemos que si el virus ataca a un receptor de las células, se provoca una producción de un complejo proteico llamado NF-kB , que a su vez provoca que el núcleo de la célula empiece a producir proteínas de inflamación tales como: IL-6 ó TNF, ademas de otras sustancias. Estas proteínas tan altamente proinflamatorias activan a una enzima dentro de la célula llamada lipasa que provoca la liberación de ácidos grasos que están acumulados en la membrana celular.
Ahora bien, si miramos una parte de esta célula, aquí he indicado el ácido graso araquidónico, que es un ácido graso Omega-6, y el ácido graso EPA, que son los puntos verdes.
En nuestra dieta normal diaria comemos más Omega 6, 20 veces más, ácido graso araquidónico (rojo) que ácido graso EPA, que es antiinflamatorio. El resultado es que en nuestras membranas celulares se acumulan muchos más ácidos grasos araquidónicos ó ácidos grasos proinflamatorios que ácidos grasos antiinflamatorios. En realidad, nuestra composición de la membrana celular debería tener una relación entre ácido graso Omega-6 y Omega-3 de 1:1, pero hoy en día lo que encontramos es un 20:1, es decir, 20 veces más ácidos grasos proinflamatorios que antiinflamatorios.
Si el IL-6 provoca la liberación de los ácidos grasos dentro de la membrana y se encuentran muchos más ácidos grasos araquidónicos (puntos rojos) y proinflamatorios, entonces se van a liberar unas sustancias que se llaman eicosanoides proinflamatorios como las prostaglandina E2, y tromboxanos y otras sustancias que van a causar una inflamación fuerte de la célula.
Por otro lado, se van a liberar más ácidos grasos de tipo EPA (Omega-3) entonces se van a liberar muchos más productos antiinflamatorios como los PGE3. Ahora bien, mientras tenemos un equilibrio de 1:1 (Omega-6 y Omega-3) la inflamación no será tan fuerte, pero si nuestra comida nos aporta cada día unas 20 veces más Omega-6 que Omega-3, lo que pasa es que se producen muchas más sustancias proinflamatorias. Además, otro problema que existe es que si en la célula se producen más complejos proteico NF-kB y este produce más IL-6 pues se produce también más óxido nítrico, esta sustancia es altamente agresiva y daña las paredes de la célula, lo cual, provoca aún más inflamaciones y aumenta la producción NF-kB y entonces tenemos un ciclo que al final llegamos a un punto que se llama “Tormenta de eicosanoides proinflamatorios” que causan unos daños irreparables en los órganos.
Volvemos a EPA e inflamación. EPA tiene dos puntos muy importantes para influir en este ciclo, por un lado, esto se llama IKK-β. Lo importante es que IKK-β necesita EPA y Vitamina D3 para funcionar. ¿Y que hace IKK-β? Corta el camino de NF-kB y el núcleo ya no produce tanto IL-6 y a su vez produce muchas menos prostaglandinas proinflamatorias.
Ahora, si miramos a la composición de la membrana, si contiene mucho más o al menos la misma cantidad de EPA antiinflamatorio que ácido graso araquidónico proinflamatorio, entonces se producen más productos antiinflamatorios y menos productos proinflamatorios. Por eso, siempre recomiendo una dieta más rica en ácidos grasos Omega-3 que en ácidos grasos grasos Omega-6, es decir consumir menos ácido araquidónico. Puede ser una dieta por ejemplo, rica en pescado azul y muy poca carne roja, huevos o productos lácteos.
Finalmente lo bueno de todo esto es que si tomamos cada día más o menos de 1000 a 2000 mg de EPA en un formato altamente concentrado y biodisponible podemos tener una mejor respuesta inflamatoria en caso de infección.